jueves, 19 de abril de 2012

Siempre Ávila…

          Ávila es la típica ciudad que nunca falla. Siempre que uno se siente agobiado en Madrid, es muy fácil coger el coche y plantarse allí para pasar un buen día. Tiene el encanto de ser una ciudad pequeña en la que sólo es necesario pasear y disfrutar.
         Hay cuatro cosas fundamentales que considero que hay que hacer cuando uno va a Ávila. La primera, visitar la Basílica románica de San Vicente, es sencillamente espectacular. La segunda dar un paseo por las murallas (el precio es muy económico y se pasa un rato realmente agradable). La tercera, pasear por el barrio llamado Rastro con vistas al valle Amblés y la cuarta, disfrutar de los bares de la ciudad.
        A pesar de ser una ciudad pequeña, tiene muchos bares en los que se puede disfrutar de la comida castellana. Yo comenzaría la ruta por La Bodeguita de San Segundo (C/San Segundo, 19), es perfecta para comenzar con un buen vino y una buen pincho. Si visitas este bar un viernes, tendrás la suerte de tomar un mini cocido con su caldito, sus garbanzos y su carne. Continuaría tomando unas patatas con pomada (simples patatas fritas con mahonesa) en El Mangas (C/ Comuneros de Castilla, 3). Este es mi sitio favorito, patatas buenas, con aceite limpito y con una mahonesa espectacular. De lo simple se hace algo increíble. Continuaría sin duda alguna para comer un poco de morro o unas patatas machaconas en un pequeño bar que se encuentra en el “Mercado Chico”, su nombre es Casa Guillermo (Plaza del Mercado Chico, 3), para mí es un sitio muy acogedor. Después, tomaría un pincho de morcilla o una croqueta en el Mesón El Rastro (C/Rastro, 1). Si te has controlado en las tapas, puedes comer en el centro de Ávila en el restaurante Doña Guiomar (C/Tomás Luis de Vitoria, 3). Lo mejor es la cecina, el pastel de puerros y por supuesto, el cochinillo o el auténtico chuletón de Ávila. Al finalizar la comida siempre es bueno dar un paseíto, por lo que podéis caminar por el “Mercado Grande” y llegar hasta un maravilloso sitio para comprar las mejores pipas del mundo, las famosas pipas Calvo (C/Duque de Alba, 4). Para finalizar el día, es una gran idea tomar un café en La Flor de Castilla (Plaza Jose Tomé, 2-4) con alguna torrija en Semana Santa o con una palmera de chocolate que está buenísima.
      Después de un día así, vuelves a Madrid con las pilas y el buche cargado!

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